Oratorio
Oratorio Centro Juvenil Don Bosco
El Oratorio Centro Juvenil Don Bosco en Testaccio ofrece una amplia gama de actividades para niños y adolescentes de 8 a 18 años, que incluyen deportes, talleres, momentos de juego y actividades en grupo.
En las páginas de nuestro sitio web, encontrarás los detalles de nuestras propuestas, que incluyen deportes, oportunidades de pasantías y la convocatoria para el Servicio Civil Nacional.
¡Ven a visitarnos! Estamos en Via Bodoni 57, abiertos todos los días de 16:30 a 19:30 horas.
Un poco de historia
Inicialmente, los oratorios eran pequeños lugares de culto donde los fieles se reunían para rezar (el término deriva del latín orare, rezar).
El primer oratorio en el sentido moderno fue creado por San Felipe Neri alrededor de 1550, con la intención de formar una comunidad de religiosos y laicos unidos por un vínculo de mutua caridad al estilo de los apóstoles. En 1575, el Papa Gregorio XIII erigió la Congregación del Oratorio y les otorgó la iglesia de Santa Maria in Vallicella, que se convirtió en el lugar del primer oratorio. Los objetivos del oratorio de San Felipe Neri eran la oración, involucrando a hombres comunes y cultos en la lectura de la Biblia, y la educación de los niños.
Siguiendo el ejemplo de Felipe Neri, nació la idea de Juan Bosco. En 1841, se reunió con jóvenes en la sacristía de la iglesia de San Francisco de Asís en Turín para el primero de una serie de encuentros de oración. Su pasión educativa por los jóvenes lo llevó a acercarse cada vez más a los chicos, incluido Domingo Savio. Los primeros encuentros abarrotados no tenían un lugar fijo. Fue solo en el día de Pascua de 1846 que el Oratorio se estableció bajo un cobertizo con un pedazo de césped, el cobertizo Pinardi en Valdocco.
A partir del ejemplo de Don Bosco, el Oratorio se convirtió cada vez más en un lugar de reunión y formación, tanto religiosa como humana. Las estructuras se equiparon y ampliaron, y se difundieron por toda Italia, con mayor presencia en el norte. En particular, el arzobispo de Milán, el cardenal Andrea Carlo Ferrari, promovió la creación de un oratorio masculino y uno femenino en cada parroquia.